En este artículo hablaremos sobre lo que es el praliné, cuál es su origen y cómo se elabora. Te lo contamos todo. Quédate a leer que te va a gustar y te daremos la solución al antojo que te va a dar al leerlo.

Estamos muy acostumbrados a escuchar la palabra praliné en multitud de recetas de repostería, pero, ¿sabes de dónde viene? ¿Cómo se creó? Ahora te lo contamos todo pero, antes de comenzar, vamos a contarte que somos Confitería Ovetus, tenemos casi 30 años de historia en el mundo de la repostería y el praliné es una de nuestras pasiones. Te invitamos a que visites nuestras tiendas físicas en Oviedo y nuestra tienda online pulsando aquí mismo.

Origen del praliné

El praliné tiene su origen en el siglo XVIII y su nombre se debe al Duque de Choiseul, el cual era mariscal del campo francés y Conde de Plessis-Praslin. El cocinero principal del Duque fue el primero que combinó el azúcar líquido con trozos de almendra. ¿Cómo lo hizo? Pues por error. Derramó, accidentalmente, el caramelo sobre unas almendras molidas. Cuando la mezcla enfrió, la partió en trozos y la trituró. Lo que consiguió como resultado es una crema dulce. Este accidente tan delicioso fue aceptado para formar parte de postres y, más adelante, se expandió a Bélgica, Italia y Suiza.

¿Qué es el praliné?

Consiste en caramelizar una mezcla. Se hará con solamente una clase de frutos secos y se triturará hasta crear una crema.

Hacerlo es muy fácil pero lo difícil es conseguir un buen resultado en el refinamiento de este postre, ya que de forma casera no se disponen de los utensilios necesarios.

Tiene una textura un tanto untuosa y de color marrón. Como indicamos en líneas anteriores, es una crema o pasta que elaboraremos a partir de frutos secos como lo son las avellanas, las nueces o las almendras cocinadas en almíbar. Posteriormente se carameliza para luego ser triturado y conseguir la textura característica.

Elaboración

Como hemos indicado anteriormente, la receta es sencilla, pero lo difícil es conseguir la textura, debido a los artilugios que debemos usar. Por eso, solo en confiterías o en grandes industrias consiguen esa textura.

Los ingredientes que necesitaremos son:

• 300 gramos de frutos secos tostados sin piel.
• 200 gramos de azúcar.
• 75 ml de agua (75 gramos de agua).

Vamos con el paso a paso:

1. Pon agua a calentar.
2. Añade el azúcar y cuece a 120ºC. Cuando rompa a hervir apaga el fuego.
3. Incorpora los frutos secos que hayas seleccionado y mézclalo todo en la cazuela hasta que se impregne el almíbar.
4. Nuevamente, enciende el fuego a temperatura suave y sigue removiendo. En este paso, verás que el azúcar se va caramelizando y cambia de color de blanco a dorado, recubriendo el fruto seco escogido.
5. Vuelca los frutos secos en una bandeja cubierta con papel y espera a que enfríen a temperatura ambiente.
6. Rompe el bloque que se ha formado de caramelo y frutos secos y tritúralo en el procesador hasta que llegue a ser una pasta. Si ves que la masa se queda seca, incorpora un poco de aceite. Se volverá más untuoso.
7. Ahora ya tienes el praliné. Déjalo en un bote hermético, tápalo y mételo a la nevera. Si el bote está bien cerrado durará meses.

¿Qué te ha parecido? ¿Has visto qué sencillo es?

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