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¿Por qué regalar bombones?

Bodas, aniversarios, San Valentín… El caso es que estamos tan acostumbrados a regalar bombones que no sabemos por qué lo hacemos o qué tiene de especial esto. Pues aquí te damos algún motivo para seguir regalándolos.

Durante siglos y a lo largo de diferentes culturas, el chocolate siempre ha estado considerado como un bien muy preciado. Ya en tiempos de los aztecas se honraba a la realeza, guerreros y exploradores con tazas de bebidas hechas a base de chocolate. También en el año 1900 la reina Victoria comenzó a obsequiar a sus soldados con bombones de chocolate en Navidad y Año Nuevo.

Estas costumbres las hemos seguido asumiendo y hoy en día el chocolate sigue representando un lujo en muchísimos países a lo largo del mundo, con lo que su regalo es un éxito asegurado. Además, poco a poco se van descubriendo todos los beneficios del chocolate, como ya contamos en otros artículos de nuestro blog.

Cuatro motivos para regalar bombones

1 – No es solo chocolate

Cuando regalamos bombones no se trata de «comprar solo chocolate». Los buenos bombones son piezas de artesanía elaboradas por personas con gran experiencia en el campo de chocolate. Cada bombón es un mundo y nos podemos encontrar con miles de piezas y sabores diferentes.

2 – Crea recuerdos

No solamente cuenta el producto sino lo que transmite. Seguro que todos tenemos algún recuerdo de nuestra infancia vinculado al chocolate. Pues eso es lo que se intenta transmitir en cada elaboración de los bombones, el recuerdo de unas vacaciones, una fecha marcada, una ciudad…

3 – Son un lujo

Aún hoy se considera al chocolate como un lujo para el paladar. A poca gente no le gusta el chocolate y entre sus amantes siempre se busca la excelencia, el bombón perfecto en cuanto a forma, tamaño y sabor. Existen bombones recubiertos de oro comestible, con lo que poco más hay que decir :D.

4 – Se presentan en cajas preparadas para la ocasión

No solo se trata del contenido, sino que hay que fijarse en el envoltorio. Los buenos bombones siempre se presentan en cajas de diseño o, en su defecto, cajas que conservan la huella de una trayectoria de muchos años de elaboración. El bombón comienza en la caja.